verdades que se susurran, mentiras en alta voz y otras comunicaciones necesarias

Saturday, April 26, 2008

mis gordas

Pocas de ellas saben cuánto las he amado. Yo, entre muchos otros que las aman.
Mi madre, mi tía. Mi abuela. Mi prima, mi vecina, mi conserje.
La ventaja es que las que no saben, ignoran también mis infidelidades.
La española, la niña, la compañera de clases, la muchacha de la cafetería.
Las gordas son tan amables como su humanidad lo exhibe. Un amigo que tuvo un hijo con una me lo dijo. Lo peor es que andan escondiéndose, como si fuera tan fácil. Así es el amor. Mientras más grande más necesita de sindéresis.
Las Botero, las de Reverón, las matryoshka.
Lo peor es que lo logran. Pasan escondidas por la vida de uno.