verdades que se susurran, mentiras en alta voz y otras comunicaciones necesarias

Tuesday, April 22, 2008

Señales

Cuando menos lo imaginaba, las señales estaban ahí. Detrás de la ventana, con persianas abiertas, un par de nubes parecían un volcán dentro de la montaña. En la corrida mañanera, un centavo en el suelo. En el tráfico automotor, una joven cantaba enajenada una música que le alegraba el día. En la recepción de la oficina, buenos días. En su escritorio él mismo. En el almuerzo, su comida favorita. En el aire, oxígeno.

Siguió encontrándolas por varios días. Las rayas que dividían las calles eran amarillas. Su almohada se veía mejor si la disponía horizontalmente. Las paredes comenzaron a lucir con sus libros. El eco del ascensor se hizo divertido.

Semanas más tarde las señales seguían allí. Sus hijos eran más graciosos que nunca. El café olía delicioso, sobre todo muy temprano. La sonrisa de su mujer no se borraba ni borrándose.

Ya no había razones para estar triste.